lunes, 23 de febrero de 2009

8ª ETAPA: Socuéllamos - Rada de Haro








Pues esta es la 8ª Etapa. ¿Este es el fin de un viaje? ¿Un viaje que ha durado, ni más ni menos, que 70 años? No. El viaje físico ha terminado, sí, ha durado 70 años, sí, pero El Viaje ha cambiado de plano. Ahora existirá siempre un viaje, un homenaje, un recuerdo que pasa a la memoria colectiva, ese lugar creado por el mundo, creado por los seres humanos, para que algo no desaparezca, para que lo importante quede.

No sabríamos como escribir los sentimientos, si es que se puede, así que intentaremos que veáis, leyendo, las imágines. Puede imaginarse la emoción personal, que era muy grande, pero puede ver (y muchos vivisteis) la emoción colectiva. El camino por la vereda, lo que lo hacia, si cabe, más real, más cercano aún. El nerviosismo por llegar a una hora prudente para no hacer esperar a nadie. Acercarse a la fuente donde Pedro Martínez Romera se sentó, a descansar, después de su viaje, de nuestro viaje. Todo esto fue dando un matiz sentimental a la etapa. Les podría contar los kilómetros que hicimos, el tiempo que hizo… no lo haré. No creo que importe. Otras situaciones y momentos eclipsaron ayer estos datos y, hoy, los eclipsaré yo.

¿Pueden imaginarse la imagen? Coches saliendo a nuestro encuentro por los caminos de la vereda, enarbolando la bandera que defendieron tantos, familiares venidos de ciudades lejanas ex proceso para el acto, unas 70 personas esperándonos en un municipio de menos de 50 habitantes, sentarse en la fuente que comentábamos y recibir el abrazo, el cariño, el aplauso, los besos, los gritos, las lágrimas, los arrumacos… de familiares, amigos, partidos, lugareños, etc… No sé si pueden imaginarse esta imagen, en realidad no lo sé, pero los pelos se ponen como escarpias sólo de intentarlo. La gente, en Rada, pacientemente aguantando desde antes de las cinco de la tarde nuestra llegada, nos regaló el mejor momento del camino y, me atrevería a decir, que de nuestra vida. De esta forma llegaba el camino a su destino y, nosotros, a casa.

Después, allí, grandes momentos dignos de ser recordados y mencionados. Pudimos pasar un rato juntos, comentando la situación, contándonos lo que no habíamos podido contar y, en definitiva, pasando un rato con todo el que quiso acercarse. Además, disfrutamos de la música de Miguel Mayorga, al que no le podemos mostrar, por desgracia, el agradecimiento y el cariño que le profesamos. Se vivieron otros momentos emotivos, ya en el salón de Rada, con una riquísima cuerva, como la placa que entregó Tomás Huerta a Francisco (su sobrino) en nombre de varios amigos y compañeros de Villaescusa o el momento en que Miguel cantó la canción dedicada a su abuelo (que bien podría ser, como nuestro viaje, el abuelo de tantos) y regaló un disco a Pedro José Martínez. De verás, una tarde perfecta y diría que mágica.

Y tenemos que gastar unas líneas de este día para agradecer al Ayuntamiento de Rada de Haro su apoyo, a los medios que se interesaron ayer (y los demás días) en nuestro reto, por supuesto, como ya he dicho, a Miguel Mayorga. También a los miembros del PSOE de Villaescusa de Haro (aunque el agradecimiento es, aún mayor, a nivel personal) y a los componentes de IU de Belmonte que subieron a recibirnos, así como a la Coordinadora provincial, Ana Cruz, que también dedicó la tarde del domingo a estar con nosotros. Espero que no me olvide de nadie, aunque publicaremos una larga lista con todos ellos, ya que siguen en nuestra memoria.

Y por último, porque podríamos estar escribiendo y escribiendo pero no haríamos más que dar vueltas y no conseguiríamos sacar “eso” que nos estruja el pecho. Por lo tanto, no daré más vueltas a esa peonza. Pero sí gastaremos las últimas líneas de este diario en recordar, más fuertemente si cabe, que sigue habiendo gente sin identificar en cunetas y fosas comunes, que siguen existiendo monumentos y calles de alabanza a los vencedores de la Guerra Civil (los mismos que después realizarían la más dura represión conocida en este país)… y todo eso sigue existiendo porque nuestras autoridades no toman nota. Pero este es el momento, en realidad siempre es el momento, de que la gente grité lo quiere, haga que sus políticos sean, por una vez, suyos. Tomemos nota y entendamos, de una vez por todas, que mojándonos todos, pidiendo, solicitando, gritando… conseguiremos que se hagan las cosas que hay que hacer.

Gracias a todos. Fin (¿o principio?)

1 comentario:

  1. Hola... Me llamo Bruno Rascão y soy un periodista portugués que se está dedicando al tema de la memória. Me gustaría hablar contigo. www.brunorascao.com y fotografia@brunorascao.com

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